“Tal y como yo lo veo, y como nos veo a él y a mí,
cualquiera de mis películas pudo haber fracasado de verdad, por eso la línea
entre el éxito y el fracaso es muy fina. Por eso me identificaba tanto con él.
Eso es lo que creo y, quién sabe, mañana yo podría convertirme en otro Ed
Wood.” –Tim Burton.
La película “Ed Wood”, realizada en 1994, trata sobre todo aquello que hay detrás de lo que solemos ver, de aquello que trasciende poco o nada; nos habla del meta-cine, y de la cara menos vista de Hollywood. El cine de Clase-B es el motor de la de esta historia para enseñarle al espectador que detrás de aquel pasillo de la fama Hollywoodense, hay personas que han sido olvidadas o que, pese a amar al cine y a todo lo que este medio conlleva, nunca lograron tener el éxito soñado.
Tim
Burton es conocido porque sus personajes no suelen ser los más agradables o
bellos, sino que se fija en aquellos que parecen ser oscuros y son rechazados
por su apariencia o estilo, pero que en sus mundos libran batallas emocionales
y poseen historias que superficialmente lucen siniestras, pero que en realidad
son humanas y universales.
Por
eso en “Ed Wood” Tim Burton se
encontró con todos los ingredientes necesarios para hacer un homenaje al cine:
Un personaje al que admiraba por su amor al cine y su estilo bizarro, que se
había hecho famoso por realizar películas de Clase-B, y que además había
rescatado a un actor infame para protagonizar sus filmes.
Un
aspecto característico del filme es el blanco y negro, en donde por lo general
se hace uso de un claro oscuro que nos recuerda el cine negro, lo que nos
permite sentir más de cerca la historia y al personaje. No lo vemos a través de
una ventana plástica, sino que lo vemos como el personaje veía las películas
que realizaba en su época. Además, la estética artística, fotográfica y hasta
los diálogos, parecen tener el estilo de las películas que se rodaban en los
años treinta y cuarenta.
Eso
por un lado, por otra parte, está la temática de la película. En los años 90’s
Tim Burton ya había demostrado que su estilo era arriesgado para la
época y de un género muy personal. El público estadounidense ya conocía Quentin Tarantino, quien había alcanzado la
fama con “Reservoir Dogs”, una
película de Clase-B hecha con escaso presupuesto, diálogos originales y un
montaje que enmarcó de inmediato el estilo de Tarantino. En 1992, el mismo año
en que se estrenó “Reservoir Dogs”,
salió al cine “El Mariachi”, dirigida
por Robert Rodríguez y cuyo presupuesto no superaba los 10.000 dólares. Dicha
cinta le gustó tanto al público americano que le permitió a Rodríguez hacer una
secuela, y más adelante, realizar más películas del mismo género y estilo
visual.
Los
noventa fueron una época en la que el público quería ver a los que estaban
detrás del telón, quienes tenían propuestas distintas y arriesgadas. Además hay
que recordar que también fueron los años dorados de MTV, de la incursión del “zapping” y de la búsqueda de los
protagonistas detrás de la historia. Desde los ochenta se dejó de buscar héroes
adultos y seguros como Ben-Hur, y se empezaron a elegir a los protagonistas
jóvenes como Marty McFly; inestables como Ron Kovic; o torpes como Forrest
Gump.
Por
tanto, los noventa fueron la época perfecta para recordar a todos los jóvenes
que el cine había tenido una época dorada, en la que también habían existido
personas con propuestas diferentes y arriesgadas. Y que pese a no ser muy talentosas,
tenían más amor y pasión por su trabajo que otros protagonistas de la
industria. Sin embargo, la historia no
queda acá. Hay que aclarar que Ed Wood no fue un artista adelantado o
incomprendido en su momento. Sus propuestas además de ser bizarras, no eran
racionales desde ningún punto de vista. Cometía constantes errores de raccord,
y la producción de las escenografías era demasiado pobre.
De
todos modos, él nos muestra la cara oculta del cine, la de poder fracasar
amando la profesión y creyendo que lo estamos haciendo bien. Hace que todo
amante del cine o aspirante a realizador, se sienta solidarizado con él. “Ed Wood” nos recuerda que Tarantino pudo haber estado a
centímetros del fracaso; o que Rodríguez pudo nunca haber realizado sus
películas. O quizás que algún día el público descubriría que Tim Burton también
podría acercarse a “Ed Wood” y filmar películas como “Abraham Lincoln: Cazador de Vampiros” o “Sombras tenebrosas”.
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