sábado, 17 de agosto de 2013

Ed Wood, la cara oculta del cine


“Tal y como yo lo veo, y como nos veo a él y a mí, cualquiera de mis películas pudo haber fracasado de verdad, por eso la línea entre el éxito y el fracaso es muy fina. Por eso me identificaba tanto con él. Eso es lo que creo y, quién sabe, mañana yo podría convertirme en otro Ed Wood.” –Tim Burton.

La película “Ed Wood”, realizada en 1994, trata sobre todo aquello que hay detrás de lo que solemos ver, de aquello que trasciende poco o nada; nos habla del meta-cine, y de la cara menos vista de Hollywood. El cine de Clase-B es el motor de la de esta historia para enseñarle al espectador que detrás de aquel pasillo de la fama Hollywoodense, hay personas que han sido olvidadas o que, pese a amar al cine y a todo lo que este medio conlleva, nunca lograron tener el éxito soñado.

Tim Burton es conocido porque sus personajes no suelen ser los más agradables o bellos, sino que se fija en aquellos que parecen ser oscuros y son rechazados por su apariencia o estilo, pero que en sus mundos libran batallas emocionales y poseen historias que superficialmente lucen siniestras, pero que en realidad son humanas y universales.

Por eso en “Ed Wood” Tim Burton se encontró con todos los ingredientes necesarios para hacer un homenaje al cine: Un personaje al que admiraba por su amor al cine y su estilo bizarro, que se había hecho famoso por realizar películas de Clase-B, y que además había rescatado a un actor infame para protagonizar sus filmes.

Un aspecto característico del filme es el blanco y negro, en donde por lo general se hace uso de un claro oscuro que nos recuerda el cine negro, lo que nos permite sentir más de cerca la historia y al personaje. No lo vemos a través de una ventana plástica, sino que lo vemos como el personaje veía las películas que realizaba en su época. Además, la estética artística, fotográfica y hasta los diálogos, parecen tener el estilo de las películas que se rodaban en los años treinta y cuarenta.

Eso por un lado, por otra parte, está la temática de la película. En los años 90’s Tim Burton ya había demostrado que su estilo era arriesgado para la época y de un género muy personal. El público estadounidense ya conocía  Quentin Tarantino, quien había alcanzado la fama con “Reservoir Dogs”, una película de Clase-B hecha con escaso presupuesto, diálogos originales y un montaje que enmarcó de inmediato el estilo de Tarantino. En 1992, el mismo año en que se estrenó “Reservoir Dogs”, salió al cine “El Mariachi”, dirigida por Robert Rodríguez y cuyo presupuesto no superaba los 10.000 dólares. Dicha cinta le gustó tanto al público americano que le permitió a Rodríguez hacer una secuela, y más adelante, realizar más películas del mismo género y estilo visual.

Los noventa fueron una época en la que el público quería ver a los que estaban detrás del telón, quienes tenían propuestas distintas y arriesgadas. Además hay que recordar que también fueron los años dorados de MTV, de la incursión del “zapping” y de la búsqueda de los protagonistas detrás de la historia. Desde los ochenta se dejó de buscar héroes adultos y seguros como Ben-Hur, y se empezaron a elegir a los protagonistas jóvenes como Marty McFly; inestables como Ron Kovic; o torpes como Forrest Gump.

Por tanto, los noventa fueron la época perfecta para recordar a todos los jóvenes que el cine había tenido una época dorada, en la que también habían existido personas con propuestas diferentes y arriesgadas. Y que pese a no ser muy talentosas, tenían más amor y pasión por su trabajo que otros protagonistas de la industria.  Sin embargo, la historia no queda acá. Hay que aclarar que Ed Wood no fue un artista adelantado o incomprendido en su momento. Sus propuestas además de ser bizarras, no eran racionales desde ningún punto de vista. Cometía constantes errores de raccord, y la producción de las escenografías era demasiado pobre.

De todos modos, él nos muestra la cara oculta del cine, la de poder fracasar amando la profesión y creyendo que lo estamos haciendo bien. Hace que todo amante del cine o aspirante a realizador, se sienta solidarizado con él. “Ed Wood”  nos recuerda que Tarantino pudo haber estado a centímetros del fracaso; o que Rodríguez pudo nunca haber realizado sus películas. O quizás que algún día el público descubriría que Tim Burton también podría acercarse a “Ed Wood” y filmar películas como “Abraham Lincoln: Cazador de Vampiros” o “Sombras tenebrosas”.

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