miércoles, 10 de septiembre de 2014

El círculo del amor se rompe, un viaje de emociones


Una de las cosas que más destacan de la película “El círculo del amor se rompe” (The broken circle breakdown), es la forma como la historia se transporta al ritmo de la música y convierte al sonido en uno de sus principales fuertes para impulsar la acción dramática. Además de tratar un tema universal como el amor y el hogar, logra impactar hasta llegar a las entrañas del espectador, y pese a su trágica conclusión, elige no romper el corazón del público sino purificarlo.

Lo primero que se percibe es que la historia no es contada con el clásico modelo lineal, sino que se nutre de eventos que ocurren en distintas fases de la narración. La desfragmentación del tiempo es un recurso que muy pocas veces vemos en el cine, y que pocos directores/guionistas saben manejar con la suficiente destreza. Es un tipo de estructura que de entrada desorienta al espectador, liberándolo para apreciar con más sensibilidad las acciones de los personajes y su valor dramático. En este tipo de historias las transformaciones de los personajes son muy evidentes, así como los sucesos y las acciones son decisivas; algo que también es útil para hacerse una idea del paso del tiempo.

Del mismo modo el trabajo de guión y de montaje deben ser muy rigurosos. Una escena
innecesaria que no cuaje con las demás y haga caer el estado emocional, puede ser suficiente para destruir cualquier logro alcanzado. Sin embargo en “El círculo del amor se rompe” esto no sucede en ningún momento. De hecho la película se entiende perfectamente desde la primer vez que se aprecia. Incluso queda espacio para subtemas como el debate de la religión impidiendo los avances de la ciencia e influyendo negativamente en la política.

El primer elemento narrativo que se encuentra desde el inicio es el género dramático y musical que hace fluir la película al ritmo del Country norteamericano, pese a que los eventos se desarrollan en Bélgica. También se tomaron recursos narrativos de los clásicos del cine y literatura estadounidense, como el arquetipo del llanero solitario. Y se utilizan elementos universales propios de la naturaleza, como el deber del padre de construir un nido para recibir a sus progenitores. Lo que se puede entender por esto es que todo lo que ocurre en esta cinta va más allá de las fronteras territoriales y lingüísticas, ya que las canciones que interpretan los personajes son en inglés y lo demás en su idioma natal. Esto demuestra que en el cine no sólo se deben exaltar los valores culturales de la región donde es realizado, sino que lo más importante es hallar un equilibrio entre el reconocimiento interno del autor y el lazo que lo une con el resto de seres humanos.


Sin duda los actores no se quedaron cortos para ponerse en la piel de personajes que normalmente serían mostrados por medio de repetitivos clichés. Por esto, y gracias a los demás elementos dramatúrgicos que se aprecian en pantalla, al final queda el buen sabor de haber disfrutado de un emotivo viaje.

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