Los conflictos que se
tienen en familia, a lo mejor son el tema más fácilmente identificable para
cualquier espectador. Pero al ser tan intensos y arraigados, dificultan la tarea de
la representación. Es por esto que cuando una película –o cualquier expresión
artística-, logra reflejar esas disputas hogareñas que todos conocemos, se
genera un sentimiento de catarsis que conecta al autor con su público.
La familia es un símbolo
universal, más allá de si está compuesta de manera tradicional –lazos
sanguíneos- o si se conforma por grupos de amigos y colegas; toda persona sabe
lo que ésta representa. En el caso de la película “Agosto” (2013, dirigida por John Wells) el autor se empeña en
demostrar de manera sutil, que si bien es cierto que se trata una ficción, es
muy posible que todos alguna vez nos hayamos sentido como los personajes de la
historia. Es por eso que Beverly (interpretado por Sam Shepard) cita una frase
que todo ser humano alguna vez se ha planteado “La vida es muy larga” T.S. Eliot. Con esto basta para crear
una conexión entre la historia y el receptor.
Al inicio como
espectadores es fácil sentirnos como visitantes que no entendemos el contexto
de la historia. Es precisamente eso lo que busca el autor; en la primera escena
entra el personaje de Johnna Monevata (interpretado por Misty Upham), más conocida
como la nativa americana. Ella es ajena a todo el pasado de la familia, pero por su origen tiene unos valores profundos y honestos con respecto a la
vida en comunidad. Al principio nos sentimos como ella, pero cuando la película
avanza, nos damos cuenta de que no nos parecemos tanto a Johnna, sino que
tenemos más cosas en común con los fuertes conflictos de los demás personajes.
El símbolo de la nativa
americana siempre está presente, es esa mirada extranjera, sabia y madura, que
nos demuestra que nunca es tarde para aprender, y que todo hace parte de un
proceso natural.
En la película no se toman
posiciones ni se dan argumentos para pensar que uno u otro personaje tiene la
razón. La historia nos habla de cómo hay golpes de dolor que pueden pasar de
generación en generación, si no son sanados de forma apropiada. Todo se trata
de un viaje de Bárbara (Julia Roberts) en el que conoce la verdad sobre su
madre Violet (Meryl Streep), y hace un intento por ayudarla a recuperarse, pero
se da cuenta de que eso no está en sus manos, porque cada quién escoge su
propio destino.
Sin duda alguna los conflictos familiares son un tema que nos conmueve, y por eso
existen tantas historias sobre esta materia. Algunas han llegado al éxito,
otras han fracasado en el intento. “Agosto”
es de esas que triunfan porque cumplen su objetivo a cabalidad. Es una
demostración más de que en Estados Unidos no sólo se hacen películas de acción
o de persecuciones policiacas; a pesar de que si tienen un arsenal repleto de
excelentes actores.